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CONOCE A LA CURADORA: MAYA JURACÁN

Es activista y curadora de arte. Ha dirigido proyectos en la Casa de la Memoria con las mujeres víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado interno. Curadora en Jefe Bienal en Resistencia y co-curadora de la 21 Bienal de Arte Paiz, Más allá, parte del programa pedagógico de la Bienal FEMSA. Es la curadora aliada de la Casa de la Memoria (CALDH) y trabaja desde la gestión crítica de la memoria histórica en Guatemala.

Actualmente dirige la colección de Arte Paiz, que cura con un ojo crítico feminista y decolonizador, también co-creo espacios independientes como La Revuelta colectivo de curadoras feministas guatemaltecas para formar espacios seguros en el arte y disidentes desde el lenguaje. Como activista creo Proyecto 44, el cual se dedica al arte público y denuncia social.

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Para mí la curaduría es un discurso político y un punto de encuentro, la curaduría no debería de ser un ejercicio a una sola voz. Más bien un ejercicio comunitario, algo que pueda generar más preguntas que respuestas, que pueda decirnos visiones diversas y que pueda contarnos memoria de todxs.

En alguna ocasión un artista nombraba que mi texto curatorial sonaba como un manifiesto y es precisamente lo que trato de hacer: todo acto que nosotros realicemos es un acto político no sumarlo a la curaduría sería un error miope.

Entonces, para mí la curaduría es mi espacio de lucha de resistencia y de activismo. Es un espacio donde puedo ficcionar el futuro y crear otras posibilidades a través del arte donde muchos amigxs y compañerxs artistas nos acompañamos juntxs. En este proceso la curaduría es una herramienta para crear otras posibilidades.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Para mí ser curadora en Guatemala fue una disrupción en sí misma entender que en el país existen muchísimas curadoras, pero pocas ocupan espacios de poder en museos, galerías o instrucción internacionales. Entonces, ser curadora fue enfrentarme a paternalismos, condescendencias, críticas y cuestionamientos todo el tiempo. Es más, sigo pensando que a las curadores se nos exige que justifiquemos todo lo que hacemos, lo cual no es lo mismo con los curadores hombres.

Además de eso, en mi práctica curatorial descubrí también que este espacio es un lugar de poder y debía ser capaz de destruirlo para poder fomentar una idea nueva que pueda incluir diferentes voces y plantear argumentos y teorías desde la pluralidad. Es por eso que la carga curatorial no se lleva sola, se debe de ser acompañada por todas aquellas que creen que este proceso es más que un simple acompañamiento artístico o un proceso de mediación artística.

¿Cuáles son tus referentes de curadoras y/o artistas?

Estaba en el colegio y venía de una familia muy conservadora, cuando me topé con una revista de Siglo XXI y conocí a Regina José Galindo,en el texto decía que era un artista guatemalteca, la cual había cortado todo su cabello corporal y caminado desnuda en las calles de Roma. Me pareció un gesto revolucionario, esa imagen me guiaría en mis próximos descubrimientos un performers que lo diga todo.

Después en mi práctica, conocí a Rosina Casali, Anabel Acevedo y Belia Vico fuentes vitales que harían cuestionarme el proceso y que me acompañaron a nombrarme como curadora. Ciertamente Itziar Segon y Paulina Zamora, que en sí mismas no se nombran como curadoras, me dieron todas las herramientas para poder vincular las relaciones artísticas con los contextos sociales al punto que sus cuestionamientos eran tales que le harían rupturas en mis visiones artísticas.

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CONOCE A LAS CURADORAS: SILVIA TRUJILLO

Socióloga, investigadora, columnista y curadora. Asimismo, trabaja en comunicación social y género y, desde hace varios, transita entre las fronteras de las artes y la academia. Se graduó de sociología en la Universidad de Buenos Aires y realizó una maestría sobre Derechos de las Mujeres en la Universidad de San Carlos de Guatemala. También es investigadora social y docente en la Universidad Rafael Landívar.

Es autora de investigación de sociología periodística sobre la situación de las mujeres periodistas en Guatemala: Espejos rotos. Además, coordinó el Observatorio Mujer y Medios y ha sido perita en casos de libertad de expresión. Actualmente, forma parte del equipo de comunicación del periódico feminista La Cuerda.

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Me gusta pensar en el curador/ la curadora como alguien que tiene la capacidad de entretejer las diversas sensibilidades, interpretar la polisemia de las obras, conocer la historia del arte, pero, a la vez, tener la suficiente humildad para treparse a una silla a clavar los clavos que faltan para terminar de montar una exposición. Por lo tanto, es una persona que media entre el cielo/infierno de las/os artistas, los espacios de exposición, las y los coleccionistas, los públicos (a quienes hay que conocer y «encantar» (cautivar) y todas las personas que conforman eso que llamamos «mundo del arte». En esta relación la persona que ejerce la práctica curatorial no puede escindirse de su contexto y, por eso, considero que un imperativo es abordar los temas que duelen, que laceran, que lastiman, hacerlo sin literalidades, pero ponerlos en evidencia.

Creo, finalmente, que para «curar» la producción de un artista, quien realiza dicha práctica debe poder/saber «ver»/interpretar en la obra lo que tiene de único y singular, algo que nadie más puede ofrecer y desde ahí compartirlo con las audiencias. Como quien cuida las semillas, las selecciona, las cuida y luego las siembra para verlas crecer.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

No me atrevo a nombrarme como tal. Me defino más bien como creadora, trenzadora de palabras. Escribo, a veces, casi de forma compulsiva, sobre lo que me conmueve. El arte me conmueve, me atraviesa. Opino, algunas veces desde la incomodidad, otras desde la impotencia o la rabia, a veces desde la esperanza. El arte, muchas veces es un polinizador de esperanza. Creo, me desafío, armó entramados de ideas porque ese es mi salvoconducto. Escribo, investigo, leo, analizo como práctica ante la vida. Escribo, publico, soy docente, comparto lo que he aprendido porque es mi forma de abrir surcos, brechas, de aportar a una sociedad distinta en la que creo. Y desde esa identidad fronteriza y múltiple me atreví a ser gestora en el centro cultural Casa Roja hace ya diez años.

He tratado de establecer puentes entre los mundos que me habitan, la sociología, la comunicación, el feminismo y el arte. En todo caso, de tener que definirme en ese rol, siempre tengo en mente una frase de Julio Cortázar que para mí es muy significativa, dice algo así: «Un puente no es un puente sino el ser humano que lo cruza». Entonces, yo entiendo el ejercicio de curaduría como ese ser que cruza el puente, que dialoga entre los «mundos» y en todo caso va dejando su aporte en cada uno de los espacios.

¿Cuáles son tus referentes de curadoras?

María Victoria Veliz porque fue quien me hizo la primera pregunta que me obligó a pensar en la relación entre las ciencias sociales y el arte y ahí empezó mi camino, este, que me llevó a estar hoy respondiendo estas preguntas.

Rosina Cazali, Anabella Acevedo, Maya Juracán y Numa Dávila porque son quienes, en este contexto, a veces hostil, a veces más, le siguen apostando a la posibilidad de pensarnos desde el arte. Y eso es revolucionario en este contexto. Tanto, como la ternura y leer la historia a contrapelo.

Virginia Pérez Ratón, Tamara Díaz y María José Monge porque recibiendo clases con María Victoria Veliz las encontré en mi camino y sus retinas exquisitas capaces de crear lo que crearon y crean me perforó la sensorialidad.

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CONOCE A LAS CURADORAS : AIDA BOCOCK

Es una gestora cultural que ha trabajado en espacios dedicados a resolver temas de interpretación y puesta en valor del patrimonio cultural y natural, así como en proyectos de desarrollo sostenible específicamente en temas de patrimonio, turismo, manejo de áreas protegidas y participación comunitaria. Tiene una licenciatura en Ecoturismo y Turismo Sustentable por la Universidad del Valle de Guatemala y una maestría de gestión cultural por la Universidad de Catalunya.

Ha participado y representado a Guatemala en diferentes congresos organizados por la Unión de Ciudades Capitales de Iberoamérica. Actualmente es la directora de la Dirección de Cultura y Educación Artística de la Municipalidad de Guatemala y, también, forma parte del Consejo Cultural Municipal.

A continuación te compartimos una entrevista en la cual profundizamos que ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Es la acción que permite dar sentido a una muestra de arte, facilitando la comprensión del discurso que la misma desea transmitir o aportar. La curaduría es la edición de una exposición. Consiste en lograr un diálogo entre los artistas que exponen.

Desde el Centro Cultural Municipal la curaduría ha sido un ejercicio colectivo. En el proyecto Galería Abierta se han invitado curadores externos para hacer la selección de los participantes. Con el Festival Cultural los últimos años se han curado las muestras en conjunto con expertos en los temas de las exposiciones y enfocándonos bastante en el área educativa.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Es una persona que tiene conocimientos amplios en relación (en este caso al arte) y que además se dedica a investigar, organizar y seleccionar el discurso que quiere proponer desde una exposición.

En mi caso ha sido un ejercicio de colaboración con gestorxs, productorxs, encargadxs de montaje y en la coordinación de la parte educativa. Las exposiciones, festivales culturales y actividades en general se han organizado tomando como eje la propuesta didáctica de educadoras invitadas a colaborar.

¿Quiénes son tus referentes de curadoras?

Mis referentes han sido mujeres con las que he colaborado y con las que comparto labores. Por ejemplo, la directora que estaba antes que yo, Crista Foncea, y su gestión para tener un programa permanente mensual de exposiciones en las galerías del Centro Cultural Municipal fue importante. También he aprendido de las educadoras que colaboran con el Centro Cultural como María Denisse Vázquez y Luisa González Reiche. El trabajo de Rosina Cazali, Marivi Veliz y Anabella Acevedo. Así como artistas que también han sido gestoras y educadoras como Isabel Ruiz o Marilyn Boror.

Las curadurías de las últimas Bienales de Paiz y Juannio han sido algunos acercamientos de curadoras latinoamericanas. He seguido el trabajo de Cecilia Fajardo Hill, Alma Ruiz y Alexia Tala.

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CONOCE A LA CURADORA: MARILYN BOROR BOR

Es una artista visual Maya Kaqchikel que cuestiona su contexto, desde una postura de oposición ante las estructuras patriarcales, racistas y colonialistas, a partir de la resistencia y recuperación de los idiomas de los pueblos indígenas u originarios. Estudió una licenciatura en arte por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Además, fue becada por la Fundación Utopía, España y por ESPIRA/Espora Residencia de Artistas Centroamericanos Emergentes Nicaragua, por tres años consecutivos.

Por otro lado, ha sido ganadora de la Beca a la Investigación Artística Yaxs; artista seleccionada para participar en la XIX, XX y XXII Bienal de Arte Paiz; la Bienal del Sur “Pueblos en resistencia” Caracas, Venezuela y el Festival Internacional de las Artes FIA, Costa Rica.

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Es alguien responsable de crear un concepto, una forma, una historia y de llevar a los artistas. Estructurar una lectura del trabajo de los artistas según la metodología que se maneja.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Práctica de trabajar en equipo en donde se unifican todos los pensamientos. Trabajar desde la horizontalidad. Empecé a trabajar como curadora por la necesidad de incluir mujeres artistas en las exposiciones. Como un ejercicio para nombrar a todas esas mujeres que nunca se habían nombrado antes. A los artistas nos toca convertirnos en curadores porque no existen curadores que manejen la misma metodología que uno como artista aplica. Considero que debe de haber más empatía entre curadores y artistas, no sacralizar la figura del curador.

En Guatemala ser artista es difícil y pensarte como mujer y artista es el doble de difícil y pensarte como mujer artista e indígena es el triple de difícil. Nos toca pelear 3 peleas.

¿Cuáles son tus referentes de curadoras y/o artistas?

Patricia Belli – en Nicaragua y sus residencias de arte, en donde hice mi red de artistas. Virgina Perez Ratton – en Costa Rica, su trabajo ha sido super importante para las mujeres en Centro América. Rosina Cazali y Anabella Acevedo – en Guatemala. Además de todas las mujeres tejedoras que no han sido nombradas artistas, pero son grandes referentes para mi trabajo.

Y todas las mujeres artistas presentes que desde nuestro arte creamos plataformas y generamos nuevos espacios.

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CONOCE A LAS CURADORAS : BLANCA TRIQUEZ

Es una arquitecta, gestora de proyectos culturales y promotora del arte. Es egresada de la Universidad Rafael Landívar y también ha realizado estudios técnicos y de postgrado en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Formó parte del Colectivo ManifestaRte, organizando rutas de paseos nocturnos en bicicleta por la ciudad y el festival ManifestaRte: arte por un mundo más humano en el Cerrito del Carmen. Ha sido voluntaria y moderadora en proyectos comunitarios de desarrollo. También ha participado en ciclos de conferencias sobre acciones culturales y gestión del patrimonio.

Se desarrolló como profesional y gestora independiente, trabajó en Galería El Túnel como asesora de arte. Actualmente se desempeña como Coordinadora de Gestión Cultural para la Municipalidad de Guatemala, coordinando múltiples proyectos de cultura y educación artística.

A continuación te compartimos una entrevista en la cual profundizamos que ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

La curaduría considero que es el puente que une el resultado final de una exposición y el espectador. Es el proceso de pensar, organizar ideas, crear un mapa mental, investigar, conocer a profundidad sobre el artista y las obras. Es diseñar la secuencia, el contenido y la museografía de una exposición.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

No me considero curadora, pero como gestora cultural ha representado para mí ser una persona proactiva, profesional, apasionada por lo que hace, ser creativa generando ideas, realizando propuestas y creando proyectos. Es constantemente comunicarse con personas e instituciones, es lograr esfuerzos colectivos, es ser mediadora para gestionar, organizar ideas, planificar y ejecutar. Es contagiar la pasión por los proyectos y potencializarlos.

También es llevar procesos diseño y administración para cuantificar costos de producción, coordinación y materialización, buscar formas creativas de resolver, llevar índices de resultados y medir cumplimientos de objetivos.

¿Cuáles son tus referentes de curadoras?

Virginia Pérez Ratton, Rozina Cazali y Marivi Véliz.

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CONOCE A LAS CURADORAS : FLOR YOQUE

Es una observadora aguda del desarrollo humano en la niñez y la juventud, diseñadora de experiencias educativas y constructora de puentes emocionales. Agitadora de entornos de aprendizaje. Es egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y cuenta con estudios en Pedagogía, así como un posgrado en Políticas Culturales de base Comunitaria FLACSO.

Durante 2 décadas ha trabajado en espacios y condiciones que involucren la apertura de la experiencia artística para la infancia y la juventud en instituciones públicas, privadas y no escolarizadas. Asimismo, es cofundadora del Creatorio Artístico y Pedagógico CAP.

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Mis respuestas están basadas en la relación arte-pedagogía y participación, acciones que implican colectividad, sin necesidad de subordinar una de las otras.

La curaduría pedagógica liga las prácticas artísticas con la acción cultural de aprendizajes alternativos. Una especie de minga o trueque, atravesada por la conciencia sensorial. Creando conexiones que permiten claridad o confusión fundamentada en el tránsito de la experiencia.

Es abrir un puente de exploración y acompañar a las personas en el camino interpretativo del recorrido, entre códigos y referentes, donde la pregunta, la respuesta y la incertidumbre tienen el mismo valor.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Es una agitadora social, diseñadora de experiencias, constructora de puentes emocionales, observadora aguda del desarrollo humano y de los medios o recursos que le permiten relacionar la realidad y los contextos.

¿Quiénes son tus referentes de curadoras?

En Guatemala mucho se dice de arte y público, pero poco de curaduría pedagógica y eso es contradictorio.

El sistema oficial educativo les sede a las artes una cantidad casi efímera de tiempo en el CNB. La curaduría pedagógica en Guatemala no es una práctica necesariamente habitual en los espacios de educación artística, los museos o las galerías. La pandemia ha venido a desnudar entre tantos, la precariedad del sistema educativo nacional, como el vacío en temas pedagógicos en las instituciones culturales, galerías y espacios educativos dedicados a la distribución de experiencias artísticas. Desde el sur cito a: Ana Mae Barbosa quien aportó en la 24 Bienal de San Pablo su fenomenología, pedagogía crítica y su metodología triangular que emplea el potencial comunicativo del arte.

Puedes conocer más del trabajo de Flor Yoque por medio de las redes sociales de Creatorio Cap.

 

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CONOCE A LAS CURADORAS : ANABELLA ACEVEDO

Curadora, crítica literaria y cultural, e investigadora independiente. Tiene una maestría y un doctorado en Literatura Latinoamericana, ambos por la Universidad de Georgia, Estados Unidos. Sus trabajos e investigaciones se han construido a partir de su interés por la educación, la literatura, el arte contemporáneo en Guatemala y el género.

Formó parte del equipo curatorial de la XIX y XX de la Bienal de Arte Paiz, y co-curo la muestra Genealogías (Foto 30, 2010). Junto a Pablo José Ramírez ha co-curado las muestras: Rupturas / Espejismos / Reconfiguraciones (Foto 30, 2010); interpelaciones (Foto 30, 2021) y Estados de excepción (2013). Asimismo, fue Directora Ejecutiva del espacio de arte contemporáneo Ciudad de la Imaginación, en la ciudad de Quetzaltenango, y Directora del Programa Internacional de Becas de la Fundación Ford, en el Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (CIRMA). En 2001 recibió una beca de investigación de la Fundación Rockefeller para el proyecto de investigación «Marginalidades, transgresiones y negociaciones. La violencia en Guatemala a través de las prácticas culturales de los jóvenes».

Junto a Rosina Cazali obtuvo la Beca de la Fundación Júmex, México, para la investigación de la historia de la performance en Guatemala (2007); de igual manera, lanzaron y coordinaron el Primer Simposio de Arte Contemporáneo en Guatemala: Pasos a Desnivel (2019). Más adelante, siguieron trabajando juntas y crearon el Proyecto Laica, una plataforma transdisciplinaria dedicada a la investigación, análisis crítico, registro, reflexión y difusión del arte contemporáneo de Guatemala.

Por otro lado, ha publicado varios ensayos sobre literatura y arte guatemalteco en libros, revistas y periódicos. Es coeditora de las antologías: Cuentistas hispanoamericanas; Para conjurar el sueño. Antología de poetas guatemaltecos y Tanta imagen tras la puerta. Antología de poetas jóvenes de Guatemala. Actualmente es parte del Consejo Editorial del periódico feminista La Cuerda.

 

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Pienso la curaduría como el ejercicio crítico -individual o colectivo- que posibilita la puesta en escena de una muestra de arte a partir de una propuesta particular, con todo lo que esto pueda implicar: conversaciones con artistas, gestiones con instituciones y coleccionistas, procesos de investigación previa, mediación pedagógica, actividades complementarias, etc. Es decir, como una tarea que incluye diferentes momentos y niveles de acción.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Una curadora es, por encima de todo, una profesional que –a partir de una mirada crítica y multidisciplinaria- propone una manera particular de pensar una muestra de arte para que, a partir de esta, otros puedan acercarse a un/a artista -o artistas-, a su obra y al contexto en donde se ubican de una forma efectiva y, sobre todo, creativa dentro de las circunstancias dentro de las que se ubica esta experiencia: espacio físico, naturaleza de la institución con la que se trabaja, entre otras.

Una curadora, además, propone una serie de preguntas que mueven a la reflexión y al encuentro con artistas, obras, problemáticas específicas o momentos; y una bitácora para la producción, lo cual incluye propuestas de otros actores que podrían participar en la muestra (museógrafos, fotógrafos, mediadores pedagógicos, etc.).

¿Quiénes son tus referentes de curadoras?

Una referente fundamental ha sido Rosina Cazali. Con ella he ido aprendiendo temas de carácter práctico pero sobre todo de carácter conceptual. Rosina es una curadora con mucha experiencia nacional e internacional y ha desarrollado una práctica particular sobre el oficio. Además, hay jóvenes como Maya Juracán, con quien he trabajado, y que me han brindado miradas frescas y críticas sobre la experiencia curatorial.

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CONOCE A LAS CURADORAS: ESPERANZA DE LEÓN

Es una educadora artística, investigadora y psicóloga que se ha interesado en la enseñanza y aprendizaje del arte, así como las innovaciones curriculares en el área de artes plásticas, la formación artística independiente enfocada en el fortalecimiento emocional y la generación de dinámicas de reparación del tejido social. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas.

Ha sido curadora educativa de la XXI Bienal de Arte Paiz; presidenta de la asociación de artistas «Imagitlán» y directora del área pedagógica de la fundación para investigación de las artes, Yaxs. Actualmente, es cofundadora y codirectora de la escuela de arte contemporáneo independiente, Creatorio Artístico Pedagógico (CAP).

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

En el ejercicio de mi oficio, frecuentemente me toca explicar cosas buscando imágenes mentales como comparaciones. A veces me toca explicar el singular término «curaduría», «curador» y «curadora». Digo que ese personaje es para el arte visual, lo que el editor es para la literatura.

Para mí hacer curaduría es haber visto mucho y estar atenta a cómo encaja lo que he visto. Es algo como coleccionar recuerdos para en un momento de gran suerte, reunirlos en un mismo espacio. Puede ser también acompañar y dar sentido a todo un proceso, como muchas veces es mi caso, junto a jóvenes inquietes. Ser curadora es además contar con un criterio de reunión, una urdimbre de ideas de fondo que conduzcan la fuerza de lo que se hace y se elige. Es decir, tener visión y opinión propia para dar sentido a lo que se reúne. En el más afortunado de los casos, proponer una idea sorpresiva y necesaria para les invitades a esas asambleas de objetos o experiencias de la acción expositiva que se organiza.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Antes de definir el SER CURADORA, quisiera examinar el verbo SER. Es un verbo que en mi caso no se encarna suficientemente en mi piel, como para responder QUÉ ES SER CURADORA. En el diccionario el verbo ser se emplea para indicar el oficio o profesión que una persona tiene o alguna característica o actividad habitual. La curaduría no es mi profesión, ni actividad habitual. Más bien es algo que visito de vez en cuando, como complemento de mi SER investigadora, analista, facilitadora, bisagradora o provocadora.

Principalmente soy docente y psicóloga que, en un ecosistema de especímenes limitados, no siempre cuenta con curadores para acompañar los procesos que organizó ni a quienes se implican en ellos. Se puede pensar que soy curadora porque a alguien le pareció que así era, personalmente diría que echó a andar dinámicas de curaduría cuando dentro de mis acciones es necesario. Oí a Gerardo Mosquera definir a un curador como el diplomático del arte, tal vez esa comparación también sería útil para ir construyendo la respuesta a ese, QUÉ ES SER…

¿Quiénes son tus referentes de curadoras?

Soy guatemalteca y no puedo escapar del referente de Rosina Cazali, y en la suma del enfoque social vinculado a la curatorial diría que Anabella Acevedo. Para averiguar qué era la curaduría pues leí alguna cosa sobre Harald Szeemann, vi organizar sus exposiciones en la DSII al siempre entrañable DS. En temas de curaduría educativa claro que tendría que mencionar a Mónica Hoff, la mayoría de esas referencias a través de lecturas sueltas y breves. En realidad, he organizado y montado una treintena de exposiciones de estudiantes de arte y artistas jóvenes, además de que me titularon de esa manera en una Bienal de Arte Paiz. Así que como principal referente pondría a la experiencia del camino andado, ese camino es el que definitivamente me ha formado.

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CONOCE A LAS CURADORAS: NUMA DÁVILA

Numa es una antropóloga, artista y gestora cultural que plantea su trabajo a través de su cuerpo y su identidad de persona no-binaria. Está interesada en estudiar los cuerpos y las sexualidades a partir de los feminismos, la investigación social, la poesía y la carne. Sobre todo, desde las relaciones de poder, las prácticas sexuales y las representaciones visuales. Realizó una Licenciatura de Historia del Arte y cuenta con diferentes estudios en artes visuales: Taller de cine (Casa Comal, 2010), Talleres de Fotografía (La Fototeca), Taller de Producción Audividual (CCEG, 2011) y Taller de cine (Cinergía, Costa Rica, 2012).

Es fundadora y coordinadora del proyecto artístico, Queerpoéticas, un espacio de formación y experimentación artística. Asimismo, formó parte del trabajo de curaduría comunitaria que se realizó para La Bienal en Resistencia (BeR), junto a Maya Juracán, Gustavo García Solares, Daniel Garza Usabiaga y Lucía Ixchiuy,  y asisitó a una Residencia Académica para Artistas Centroamericanos Emergentes (RAPACES).

Por otro lado, como poeta utiliza la palabra como transporte virtual. Sus textos se han publicado en medios, tales como Revista de la Universidad de San Carlos, Artishock, esQuisses y Agencia Ocote. Dentro de sus publicaciones más recientes se encuentran: Caleidoscopios Urbanos y La ocupación militar en Guatemala (1978-1985). Actualmente, está encargada del Área de Investigación de Centro Q’anil.

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Para mí la curaduría es el ejercicioprácticamagiajuego de enredar conjuntos reflexivos que a través de las artes y el movimiento humano y social propicien experiencias estéticas, prácticas, teóricas, personales que gesten múltiples narrativas y lecturas sobre la realidad (realidades).

Es echar cuerpo colectivo en conjugación con las voces, los cuerpos y las representaciones de variadxs sujetxs sociales en un determinado contexto social, político e histórico.

¿Cuál es tu trabajo curatorial?

Como artista y disidente sexual nacida y criada en la Ciudad de Guatemala, mi trabajo surge de la necesidad de poner a circular narrativas y representaciones mucho más plurales y a la vez, más próximas a mis experiencias, con la fuerza y el goce puesto en alterar el orden binario, heteronormativo y patriarcal que prima en los mundos del arte en Guatemala.

En 2015 junto amigues artistas iniciamos el proyecto Cuirpoetikas que es un proyecto artístico y formativo sobre disidencias sexuales y corporales. Desde éste accionó como curadora, enredando conjuntos que envuelven estéticas, cuerpos, sexualidades, saberes y políticas de artistas disidentes sexuales y feministas de Latinoamérica.

¿Qué representa para ti ser curador/artista/gestor cultural?

Para mi ser curador implica estar presente en el movimiento de la sociedad de su tiempo, con la voluntad placentera del juego y las formas. Y el compromiso político con el diálogo entre pluralidad de actorxs sociales y la investigación histórica, política, social y artística.

Es, a la vez, situar mi cuerpo, a través de los cuerpos de lxs otrxs, de sus creaciones, reflexiones, discursos, narrativas y experiencias que contienen un poco de mí, en la cercanía o la diferencia.

¿Cuáles son tus referentes de curadoras?

Andrea Mármol, Maya Juracán y Esperanza de León.

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CONOCE A LAS CURADORAS: JOSSELINE PINTO

Es una curadora independiente y docente.Su trabajo gira en torno al estudio y manifestación de la imagen poética, así como la reflexión del proceso artístico como proyecto de mediación educativa. También es docente de cursos como teoría del arte contemporáneo y estudios curatoriales. Sus ensayos se encuentran en diferentes libros y revistas como Arte al Día, Artishock, Revista Artefacto y esQuisses. También ha publicado los poemarios Objetos1 y Cartas Íntimas, así como en antologías.

Ha sido curadora educativa para la Fundación Nacional para las Bellas Artes y la Cultura (FUNBA); co-coordinadora del programa «Laboratorio de Arte Contemporáneo» en la Fundación Paiz y del programa «Diplomado en Curaduría de Arte Contemporáneo» en La Fototeca. Asimismo, fue seleccionada para el «Programa de Formación Curatorial» de TEOR/éTica Costa Rica; la tercera edición de la «Escuela de Crítica de Arte», La tallera, Cuernavaca, México y para el “Curatorial Intensive Mexico City” de Independent Curators International.

Actualmente, es co-fundadora y directora del proyecto curatorial MANIFESTO-espacio y encargada de la producción de la XXII Bienal de Arte Paiz en Guatemala.

A continuación, te compartimos una entrevista en la cual profundizamos qué ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

Curaduría es diálogo y conexión. Vínculos-relaciones. La curaduría es complicidad y movimiento. Es un trabajo y una forma de trabajar. Un mapa de pensamiento ejecutable. La curaduría trabaja para el artista y el arte. Crea puentes y conexiones entre lugares, formas, palabras, espacios, objetos y cuerpos. Es un trabajo en equipo para lograr un fin común: la conversación. Los curadores trabajan con artistas y crean o vinculan plataformas para sus ideas. Recobran historias olvidadas y las traen al presente, al público. Ayudan a crear nuevas historias con un ojo crítico para pensar el presente. Es inventar formas para hacer proyectos. Es crear en una caja, una pared, un tráiler, una maleta, una mano… un dispositivo para el arte.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Ser curadora es primero ser una mujer que ejerce la curaduría. Es ser entusiasta del arte y fan de los artistas. Una curadora es una mujer que organiza exhibiciones y por ende organiza conversaciones. Trabaja en observar y compartir vínculos y conceptos entre distintas obras y distintos artistas. Puede crear conexiones, historias y mapas entre objetos y entre ideas. Se preocupa porque la obra tenga lo que necesita para habitar el espacio y al mismo tiempo conoce y modifica los espacios para estas ideas. Una curadora propone situaciones o ayuda a hacerlas realidad. Conoce a los artistas y sus trabajos. Escucha. Observa. La curaduría y la curadora no son más que formas de colaboración, conversaciones y preguntas sobre la historia, el mundo o el presente.

¿Cuáles son tus referentes de curadoras?

En Guatemala, el trabajo de Edith Recourat como crítica de arte y promotora de artistas creo que fue sumamente importante para la consolidación de las carreras de muchos como Francisco Tún. Su agencia en el medio y el mercado institucionalizó a muchos grupos y artistas de la época formalizando una historia del arte moderno.

Por otra parte, el trabajo de curaduría e historiografía que ha realizado Rosina Cazali es admirable como una curadora que introdujo la definición y el método de la práctica a las instituciones en Guatemala sin perder su independencia. La enunciación de su profesión como «independiente» es clave para entender los alcances que la curaduría tiene como agenciadora de plataformas y discursos. Jessica Kairé es también una referencia local, preocupándose por la vinculación del público con las obras y la necesidad de esa conexión entre objeto y cuerpo.

En Latinoamérica, admiro mucho el trabajo que Tamara Díaz-Bringas ha realizado desde la curaduría y la crítica. También el trabajo de Marina Reyes Franco como una mujer que repiensa las instituciones y su función para el arte. El trabajo de gestión e institucionalización que está realizando la curadora Sofía Villena en Costa Rica, produciendo conocimiento sobre la práctica costarricense de las instituciones y el campo curatorial. También Priscila Méndez de Costa Rica hace un excelente trabajo insistiendo en la importancia de los nuevos medios y el arte digital para el arte en Centroamérica.