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Conoce a las curadoras

CONOCE A LAS CURADORAS: LUISA GONZALEZ-REICHE

Es una historiadora del arte y educadora que se enfoca en la relación entre la epistemología, el arte y el aprendizaje. También ha sido catedrática universitaria de filosofía, teoría del arte y metodología de la investigación, y ha impartido cursos libros sobre cultura y arte. Dentro de sus publicaciones se encuentran dos guías pedagógicas sobre la integración del arte en el aula para el desarrollo del pensamiento. Estudió arte y diseño en Art Institute de Philadelphia y un BA en historia del arte. Es licenciada en Psicopedagogía y educación y tiene un posgrado en Neurociencia de la Educación. Además, cuenta con estudios de maestrías en historia, filosofía y neurociencia educativa. Por otro lado, se especializó en el abordaje constructivista de la educación en el Project Zero, centro de investigación de la Escuela de Posgrado en Educación de la Universidad Harvard.

Desde 2009 ha escrito una diversidad de ensayos sobre temas de educación, análisis cultura, historia y política en diversos medios como Revista RARA, Magazín 21 y Universidad de San Carlos. Asimismo, fue columnista de arte y cultura en Contrapoder (2013 y 2015); actualmente sus escritos se encuentran en Plaza Pública (desde el 2018) y Agencia Ocote. Se ha dedicado al desarrollo de metodologías de enseñanza, diseño curricular y capacitación docente y profesional en instituciones y privadas. Dentro de sus proyectos personales y colectivos destacan Herística, un centro de consultoría educativa en donde es fundadora y directora; Revista RARA (2010), una revista de arte y arquitectura como confundadora y editora, y Proyecto La Pila, un espacio de experiencias de aprendizajes, encuentros y producción de proyectos artísticos como cofundadora y directora.

Fue responsable de visionados de portafolios, ya sea como el festival FotoRio (Brasil), y ha participado en la curaduría de diversas muestras y proyectos artísticos. Por otro lado, ha diseñado programas de mediación artística y visitas guiadas para centros culturales y museos locales y en el extranjero, y participa de revisión ciega a nivel académico y en publicaciones artísticas internacionales. Por último, es una artista visual que ha explorado la acuarela, el óleo y el acrílico, el textil, corte y confección, la fotografía y el video. Actualmente su trabajo se ha centrado en una reflexión sobre la imagen a través de la post-imagen y la post-fotografía. Dentro de su experiencia laboral se puede mencionar que ha sido artística en cortometrajes y productora en varios videoclips. También, ha expuesto en muestras colectivas en Guatemala, y realizó una muestra personal en Florencia, Italia.

Puedes conocer más de su obra como artista en sus diferentes perfiles de Instagram: Collage y Carne del mundo.

A continuación te compartimos una entrevista en la cual profundizamos que ha significado la curaduría y ser curadora en Guatemala para ella.

Para ti, ¿qué es la curaduría?

La curaduría surge como parte del sistema hegemónico del arte llamado posmoderno o «contemporáneo», que establece figuras consideradas expertas para la selección, gestión y promoción de obras de arte en el mercado (desde museos o galerías). Generalmente, los curadores establecen criterios (actualmente tanto discursivos como estéticos) para el mercado del arte (porque la manera en que el arte circula hoy es una propia del mercado) a los cuales los artistas interesados en formar parte del mainstream deben regirse.

También sucede en algunos casos que los curadores imponen un discurso a la práctica artística en función de su integración a ese sistema del arte. Así, el curador se convierte en quien «habla» por las obras y los artistas resultan instrumentalizados. Esto sucede incluso con el uso de conceptos decoloniales o propios de prácticas disruptivas cuando son utilizados dentro de los esquemas tradicionales del arte «contemporáneo».

Otra manera de ver el papel del curador o curadora es considerarlos como editores cuyo trabajo es acompañar el proceso de diversos artistas y generar diálogos que puedan dar lugar a planteamientos interesantes o incluso transformadores para la sociedad. Sin embargo, siendo una figura que surge al centro de la institución del arte (donde la palabra institución ya tiene implicaciones delicadas), no deja de ser controversial cuando se trata de buscar formas-otras de hacer y pensar el arte.

Esto es así pues la institución –el sistema de galerías, museos y festivales– y su noción de «arte contemporáneo» se caracteriza por prácticas extractivistas y la exclusión de diversas expresiones o prácticas creativas (pues desde una perspectiva curatorial tiende a entenderse únicamente desde las convenciones sociales de lenguaje y representación). Los museos y galerías, por ejemplo, están organizados alrededor de objetos de modo tal que se privilegian las construcciones sociales, ideológicas, históricas y culturales de dicho objeto. Se priman discursos e imaginarios a costa de otros (los que no llegan a estar en esos museos o galerías). La práctica museística es de por sí algo al centro de una visión dominante, aún cuando adopta posturas «críticas». Tampoco podemos negar que detrás de ese sistema hay un mercado poderoso que a la larga determina discursos, relaciones y jerarquías, siempre desde una visión individualista.

¿Qué representa para ti ser curadora/artista/gestora cultural?

Nunca he trabajado como curadora pero sí coordiné algunas exposiciones hace varios años. En esos casos me interesó propiciar diálogos con y entre artistas, no sin haber enfrentado retos o limitaciones propias del espacio expositivo e intereses institucionales.

Me parece que tanto la práctica de la curaduría y la gestión pueden propiciar la integración de nuevos actores y dimensiones a lo que conocemos como el mundo del arte. Esto implicaría nuevos métodos de exhibición y documentación que le hagan justicia a las agencias múltiples e independientes que conforman la práctica artística, incluso más allá de la visión antropocéntrica. Por supuesto que ya existen algunas prácticas y búsquedas interesantes en esta línea si bien no lo he visto en el ámbito local.

Me interesa explorar los procesos y abrirme de manera más directa a intercambios y experiencias colectivas del hacer/pensar/sentir/afectar con el arte. Es un proceso de indagación/investigación permanente que rehoye de la idea de la linealidad y del resultado. Esta práctica se combina de manera directa con mi práctica pedagógica y conforma ensamblajes que, me parece, abren posibilidades interesantes y enriquecedoras.

¿Cuáles son tus referentes de curadoras?

Mi visión y mi práctica son interdisciplinares por lo que encuentro inspiración en una amplia variedad de ideas y ejercicios del sentir/pensar. Más que pensar en «referentes», que es de por sí una categoría patriarcal, me gusta pensar en provocaciones, conversaciones e intercambios enriquecedores. En ese sentido, me provocan mucho las prácticas del tejido, las exploraciones antropológicas y arqueológicas ejercidas por mujeres que escapan a la visión dominante, la literatura de mujeres que escriben desde los «márgenes», el periodismo que se hace desde el cuerpo y su vulnerabilidad y las pedagogías críticas guiadas desde la colectividad.

¿Te gustaría darnos alguna frase que creas importante que todas las mujeres en el arte guatemalteco / centroamericano debemos tener presente?

Habría que volver a «habitar» el cuerpo y el proceso, abrirse a la colectividad –una que contemple prácticas más allá de lo humano– y documentar esos intercambios como quien colecciona gestos, palabras y silencios por medio de cualquier recurso o lenguaje disponible. Es decir, re-aprender de nuestras abuelas y de sus abuelas, antes de ellas.

Puedes conocer más sobre su trabajo y sus textos en su blog.